Nacer es empezar a morir, un blog para gente que piensa por sí misma, que es crítica con el mundo que les rodea y con la actualidad, que comparten el gusto por el arte y en especial por la literatura y que sueñan con poder ver algún día su nombre impreso en la portada de algún libro. Como decía Oscar Wilde: "No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Todos tenemos una historia apasionante que contar, algo nuevo y distinto que aportar al mundo, el problema es que muchas veces no nos atrevemos a sacar eso que llevamos dentro. Perder el miedo, matar al folio en blanco, porque mediante la literatura podremos alcanzar la inmortalidad.



domingo, 12 de septiembre de 2010

La insoportable levedad del ser


La insoportable levedad del ser (1984), es la obra cumbre del escritor checo, Milan Kundera. La novela, enmarcada en la Praga de 1968 durante la invasión rusa, narra la historia de: Tomás, Teresa, Franz y Sabina cuyos sinos se cruzan de manera irremediable. El abismo que somos cada ser humano: sexo, pasión, muerte, traición, celos, debilidad y amor; el futuro como una compilación innumerable de elecciones que conforman nuestra existencia y el hombre, ese actor que representa su obra sin ningún tipo de ensayo previo son algunos de los temas fundamentales de este trascendental y metafísico relato. La persona sigue una trayectoria recta, todo lo vive a la primera y sin preparación. El primer ensayo para vivir es ya la vida misma.

Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto. No existe posibilidad de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir.

Sin ninguna duda, esta es la carga más pesada e insoportable con la que carga el ser humano, plasmada por el autor checo a través de unos personajes complicados que encierran unas vidas aparentemente sencillas. La insoportable levedad del ser, novela de una innegable inteligencia y perspicacia nos regala en cada una de las siete partes en que está dividida reflexiones del autor por medio de sus personajes:

"Los personajes no nacen como los seres humanos, del cuerpo de su madre, sino de una situación, una frase, una metáfora en la que está depositada, como dentro de una nuez, una posibilidad humana fundamental que el autor cree que nadie ha descubierto aún o sobre la que nadie ha dicho aún nada especial. ¿Acaso no es cierto que el autor no puede hablar más que de sí mismo?"

"[...] todas esas situaciones las he conocido y vivido yo mismo, sin embargo de ninguna de ellas surgió un personaje como el que soy yo, con mi curriculum vitae. Los personajes de mi novela son mis propias posibilidades que no se realizaron. Por eso los quiero por igual a todos y todos me producen el mismo pánico: cada uno de ellos ha atravesado fronteras por cuyas proximidades ni hice más que pasar. Es precisamente esa frontera (la frontera tras la cual termina mi yo), la que me atrae. Es más allá de ella donde empieza el secreto por el que se interroga la novela."

"Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario