Nacer es empezar a morir, un blog para gente que piensa por sí misma, que es crítica con el mundo que les rodea y con la actualidad, que comparten el gusto por el arte y en especial por la literatura y que sueñan con poder ver algún día su nombre impreso en la portada de algún libro. Como decía Oscar Wilde: "No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Todos tenemos una historia apasionante que contar, algo nuevo y distinto que aportar al mundo, el problema es que muchas veces no nos atrevemos a sacar eso que llevamos dentro. Perder el miedo, matar al folio en blanco, porque mediante la literatura podremos alcanzar la inmortalidad.



domingo, 4 de septiembre de 2011

El egoísta


La autora de esta desgarradora novela finalista Premio Planeta 1999, Nativel Preciado, nos muestra un elenco de personajes egoístas como acertadamente muestra el título del libro. Seres humanos solitarios, materialistas hasta extremos inconcebibles e incapaces de amar o ser amados, porque en el amor se renuncia a algo pequeño o grande, se cede un pedazo de ti para conseguir, o al menos intentarlo, algo sublime. Se cuenta la historia de Baltasar Orellana, un acaudalado y bien relacionado barón sin ningún tipo de escrúpulo, que colecciona amantes con la misma facilidad que adquiere valiosas obras de arte. Tras sufrir una enigmática y repentina pérdida de memoria, todo su mundo se tambalea a una edad en la que los sobresaltos no son bienvenidos y el final está más cerca que nunca.

Se replanteará su vida, los abusos y odios que ha despertado, al mismo tiempo que trata de recordar; será consciente de su fragilidad y de la soledad del mundo que le rodea y que él mismo ha ayudado a construir durante toda su existencia. Siempre ha logrado el fin deseado sin reparar en los medios pero, esto es amor y, todo eso no vale de nada.

"Al final no soy capaz de sacar conclusiones. Sólo tengo una evidencia: cada vez que aparecen las cosas más sublimes, cuando crees que van a ser permanentes, que merecen la pena, se esfuman sin ningún sentido. Pronto desapareceré y, después de tantas cosas como he visto desaparecer, casi me alegro de que esté próximo el final; que llegue cuanto antes pero, que no me duela. No he tenido tiempo de aprender a soportar el dolor."


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